miércoles, 22 de diciembre de 2010

Debo decirte que nací al conocerte...

Debo decirte que nací al conocerte, tu alegría impecable me cautivó, me volvió todo pensamiento hermoso a la mente, nada me había hecho tan feliz, nada, ¡NADA!, y no creo que nada lo haga, ahora que apareciste tú… Porque aunque no lo creas, y digas que exagero, te me haces indispensable, estúpidamente necesario.
¡Cuánto sueño con tus ojos! Brillantes, y apasionados, con esos ojos que aquel día me miraron con la ternura de un hermano mayor. ¡Cuánto sueño con tus labios, con tus caricias!, que no existieron nunca, y que sé, jamás existirán, tan lejanos, tan distantes, tan dolorosamente imposibles.
Tu novia, esa maravillosa chica que dices, “está a tu nivel”; es la persona más afortunada de este mundo; porque una persona que merezca que la ames como lo haces con ella, es una persona que posee el regalo más raro y hermoso de todos, algo que pocos seres humanos pudieran siquiera pensar…Si ella lo merece, merece también mi más humilde y sincero respeto, ya que te considero lo suficientemente de buen gusto y juicio.
¿Sabes?, muchas veces me he dicho que no hay razones para amarte, siempre buscando respuestas en mí misma que me hicieran saber que era cierto, que no valía la pena quererte así; pero de hecho, las hay, hay infinitas razones por las cuales eres tan importante en mi vida, y todas se resumen a: ERES LA PERSONA CON LA QUE HE DIVISADO MI FELICIDAD… Sólo divisado, porque, lamentándolo mucho, tendría que tenerte para ser PLENAMENTE feliz. Pero, al verte sonriendo, al saber que estás alegre, animado; parece, que por un momento, ese vacío se llena, pero sólo, POR UN MOMENTO…

Marie Conde


No hay comentarios:

Publicar un comentario